Un pH ácido es la concentración excesiva de iones H+, mientras que un pH alcalino significa el exceso de bases como Ca, Mg, Na, K. El rango óptimo para la mayoría de cultivos va desde 5,5 hasta 7, lo que indica que no hay exceso de iones H+, así como tampoco un exceso de bases.
Cuando el pH es ácido se bloquean la mayoría de los nutrientes y aparecen o se ponen a disponibilidad de la planta otros elementos tóxicos, tales como el Aluminio Al+3, Cd+2, etc. Estos metales pesados intoxican los cultivos, evitando el desarrollo correcto, especialmente de la zona radicular.
Para seleccionar la enmienda o mezcla especial de enmiendas conveniente, es necesario conocer todos los parámetros en un análisis de suelo, así como también el cultivo al que se realizará la aplicación. No todos los minerales alcanzan la zona radicular en plantas leñosas o semileñosas como el Cacao, Mango, Banano, Palma, etc.
De igual manera, es clave considerar los cultivos que poseen raíces más superficiales como el Maíz, Arroz, Hortalizas, etc.
La eficiencia de cada enmienda depende considerablemente de la profundidad donde se tomó la muestra de suelo a analizar, del número de muestras y la homogeneidad del suelo.
Para aquellos cultivos con raíces superficiales, se debería tomar la muestra en la zona hasta donde alcanza a penetrar la raíz y su radio efectivo, por donde están dispersas las raíces y pelos absorbentes. El tiempo en el que haga efecto una enmienda aplicada, se relaciona principalmente con la dosis elegida y la granulometría, además de la pureza del material (PRNT).
Es fundamental saber que la acidificación del suelo no se produce solamente por la aplicación de fertilizantes, sino que la misma planta libera H+ al suelo, lo que lo vuelve cada vez más ácido.
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